¿Es o no el momento de cambiar el bebé de habitación? Es su primer gran paso de independencia: el cambio de dejar el dormitorio de sus padres para ir a dormir a su propia habitación. ¿Cuándo se está preparado para este cambio?
¿Es demasiado pronto o demasiado tarde?
¿Cuándo un bebé puede dormir solo? Lo cierto es que no hay una regla ni norma establecida. Es una decisión únicamente personal. Los factores que motivan el cambio son varios. Depende de si despierta mucho por las noches o no, si duerme del tirón o aún hace tomas nocturnas o si se apuesta por colecho.
No hay una edad concreta que se idealice para pasar el bebé a su dormitorio para dormir solo. ¿Es demasiado pronto o demasiado tarde? Los pediatras y la comunidad científica apuntan que a partir de los seis meses puede ser una edad indicada para hacer el cambio. No antes. A partir de aquí cada familia es un mundo y cada uno decidirá cuándo es el momento de hacer el cambio. Estar convencid@s de la decisión y transmitir seguridad al bebé lo es todo.
¿Hermano de camino?
Hay circunstancias que pueden precipitar o condicionar también la decisión de cambiarlo de habitación es si viene un hermano de camino. Antes de que nazca debe dormir solo en su habitación. Bajo ningún concepto puede sentirse desplazado e interpretar que el recién nacido ocupa su lugar.
El proceso de cambiar al bebé de habitación
Si el cambio se produce cuando el niño es mayor puede pasar dos cosas: que se ilusione con su nueva habitación o que por miedo al cambio y por seguridad quiera quedarse con vosotros. Como más grandes, más conscientes. Eso es así. ¿Cómo lo convencéis? El paso de cambiar de una cuna de bebé a una cama infantil les encanta. También transformar su cuna convertible en una cama de mayor, ¡es un buen argumento!
La transición hacia su habitación puede ser progresiva. Empezad por las siestas. Que se adapte al nuevo espacio y eso le ayudará a conciliar el sueño diurno y más tarde el nocturno. Convertid su dormitorio en un espacio de juego donde se sienta identificad@ y sienta el espacio como suyo y no un terreno hostil. Si es mayor, hacedlo partícipe en la decoración o en los colores de algunos complementos. ¡Le encantará decidirlo y se sentirá protagonista del cambio!
¡Todos los cambios cuestan! Lo más importantes es que estéis convencid@s. Si vosotros lo tenéis claro, ell@s también. La seguridad se transmite.
Una habitación adaptada a su altura
Si se sienten motivad@s con el cambio, aportan su opinión acerca de colores y demás, imaginaos que todo está a su altura: la camita, el armario, la mesita… ¡le encantará! Sentirá ilusión por estar en su propio espacio y lo más importante: será autónom@ y eso le motivará.
