Primeramente lo que tenemos que hacer es recoger la habitación para trabajar con comodidad.
Ahora bien, si queremos tratar de hacerlo perfecto, tenemos que vaciar todo el armario y pasarle un trapo húmedo para limpiarlo y que quede como nuevo.
Ya que hacemos el cambio de armario podemos aprovechar para decidir que ropa queremos conservar para el año siguiente y que ropa no. La que no queramos la podemos donar o vender.
También tenemos que tener en cuenta esas prendas que usamos de vez en cuando y que sirven para todas las temporadas. Es esencial ordenarlo todo a nuestra manera para que sea fácil encontrar lo que buscamos rápidamente.
Eso sí, para que el verano que viene la encontremos en su lugar i no la tengamos que volver a planchar enterita, la tenemos que doblar bien y ponerla en cajas con nombre, bien ordenada dentro.
Y ahora al revés: cogemos la ropa de invierno del año pasado y la seleccionamos, ya que algunos jerseyes seguramente necesitarán una plancha.
Parta optimizar el armario y hacer que esté ordenado, tenemos que ser conscientes que un armario con cajones, barandilla y estanterías es lo mejor para tenerlo todo en el mismo lugar y guardarlo de forma óptima.
Así que, ¡manos a la obra!
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